Fue construido por el Emperador Adriano en el siglo II DC como templo dedicado a todos los dioses.
En el año 608, el Emperador de Oriente, Foca, lo donó al Papa Bonifacio IV, quien los transformó en una iglesia dedicada a la Virgen y a todos los mártires, y es por esto que llega a nuestros días como monumento mejor conservado de la antigüedad.
Es una de las más extraordinarias obras maestras de la arquitectura, es el mausoleo de la familia Savoia (Los Reyes De Italia) y alberga la tumba de Rafael.